1) Lee atentamente el siguiente cuento y contesta a continuación las preguntas que se plantean:
En cierta ocasión se quejaba un discípulo a su Maestro: "Siempre nos cuentas historias, pero nunca nos revelas su significado". El Maestro replicó: "¿Te gustaría que alguien te ofreciera fruta y la masticara antes de dártela?"
El anillo del rey
Una vez un rey citó a todos los sabios de la corte y les informó:
- He mandado hacer un precioso anillo con un rubí, a uno de los mejores orfebres de la zona. Quiero guardar, oculto dentro del anillo, algunas palabras que puedan ayudarme en los momentos difíciles. Un mensaje al que yo pueda acudir en momentos de desesperación total. Me gustaría que ese mensaje ayude en el futuro a mis herederos y a los hijos de mis herederos. Tiene que ser pequeño, de tal forma que quepa debajo del rubí de mi anillo.
Todos aquellos que escucharon los deseos del rey, eran grandes sabios, eruditos que podían haber escrito grandes tratados... pero ¿pensar un mensaje que contuviera dos o tres palabras y que cupiera debajo del rubí del anillo? Muy difícil. Igualmente pensaron, y buscaron en sus libros de filosofía por muchas horas, sin encontrar nada que se ajustara a los deseos del poderoso rey.
El rey tenía muy próximo a él, un sirviente muy querido. Este hombre, que había sido también sirviente de su padre, y había cuidado de él cuando su madre había muerto, era tratado como la familia y gozaba del respeto de todos.
El rey, por esos motivos, también lo consultó. Y este le dijo:
- No soy un sabio, ni un erudito, ni un académico, pero conozco el mensaje.
- ¿Cómo lo sabes? preguntó el rey.
- Durante mi larga vida en palacio, me he encontrado con todo tipo de gente, y en una oportunidad me encontré con un Maestro. Era un invitado de tu padre y yo estuve a su servicio. Cuando nos dejó, yo lo acompañé hasta la puerta para despedirlo y como gesto de agradecimiento me dio este mensaje.
En ese momento el anciano escribió en un diminuto papel el mencionado mensaje. Lo dobló y se lo entregó al rey.
- Pero no lo leas. Mantenlo guardado en el anillo. Ábrelo sólo cuando no encuentres salida en una situación- dijo el anciano.
Ese momento no tardó en llegar, el país fue invadido y su reino se vio amenazado.
Estaba huyendo el rey a caballo para salvar su vida, mientras sus enemigos lo perseguían. Estaba solo, y los perseguidores eran numerosos. En un momento, llegó a un lugar donde el camino se acababa, y frente a él había un precipicio y un profundo valle.
Caer por él, sería fatal. No podía volver atrás, porque el enemigo le cerraba el camino. Podía escuchar el trote de los caballos, las voces, la proximidad del enemigo. Fue entonces cuando recordó lo del anillo. Sacó el papel, lo abrió y allí encontró un pequeño mensaje tremendamente valioso para ese momento...
Simplemente decía: "Esto también pasará".
En ese momento fue consciente que se cernía sobre él, un gran silencio.
Los enemigos que lo perseguían debían haberse perdido en el bosque, o debían haberse equivocado de camino, pero lo cierto es que lo rodeó un inmenso silencio. Ya no se sentía el trotar de los caballos.
El rey se sintió profundamente agradecido al sirviente y al Maestro desconocido. Esas palabras habían resultado milagrosas. Dobló el papel, volvió a guardarlo en el anillo, reunió nuevamente a su ejército y reconquistó su reinado.
Ese día en que estaba victorioso, en la ciudad hubo una gran celebración con música y baile y el rey se sentía muy orgulloso de sí mismo.
En ese momento, el anciano estaba nuevamente a su lado y le dijo:
- Apreciado rey, ha llegado el momento de que leas nuevamente el mensaje del anillo.
- ¿Qué quieres decir? - preguntó el rey. Ahora estoy viviendo una situación de euforia, las personas celebran mi retorno, hemos vencido al enemigo.
- Escucha - dijo el anciano. Este mensaje no es solamente para situaciones desesperadas, también es para situaciones placenteras. No es sólo para cuando te sientas derrotado, también lo es para cuando te sientas victorioso. No es sólo para cuando eres el último, sino también cuando eres el primero.
El rey abrió el anillo y leyó el mensaje... Esto también pasará.
Y nuevamente sintió la misma paz, el mismo silencio, en medio de la muchedumbre que celebraba y bailaba. Pero el orgullo y el ego habían desaparecido. El rey pudo terminar de comprender el mensaje. Lo malo era tan transitorio, como lo bueno.
Anónimo
Entonces el anciano le dijo:
- Recuerda que todo pasa. Ningún acontecimiento ni ninguna emoción son permanentes. Como el día y la noche, hay momentos de alegría y momentos de tristeza. Acéptalos como parte de la dualidad de la naturaleza, porque son la naturaleza misma de las cosas.
Actividades
a) Realiza un breve resumen del texto en dos o tres líneas.
b) Busca en el diccionario de la Real Academia Española DRAE las siguientes palabras del texto que aparecen subrayadas en el mismo y escribe su significado en tu cuaderno: Orfebre, erudito, trotar, cernir, euforia, muchedumbre, ego y transitorio.
b) Busca en el diccionario de la Real Academia Española DRAE las siguientes palabras del texto que aparecen subrayadas en el mismo y escribe su significado en tu cuaderno: Orfebre, erudito, trotar, cernir, euforia, muchedumbre, ego y transitorio.
c) Indica con la ayuda del diccionario a qué categoría gramatical (sustantivos, adjetivos, pronombres, verbos, preposiciones, etc.) pertenecen las palabras de la actividad anterior y escribe una oración de al menos ocho palabras con cada una de ellas.
d) ¿Qué tipo de narrador aparece en el texto? Justifica tu respuesta y copia un ejemplo del texto.
e) Realiza una reflexión del texto y la situación actual.
f) ¿Qué te ha parecido? ¿Te ha gustado? Justifica tu respuesta.
g) Lee en nuestro libro de texto de Lengua Castellana 3ºESO las páginas 200 y 201. Justifica a qué subgénero literario pertenece el texto "El anillo del rey".
h) Analiza morfosintácticamente las siguientes oraciones: